Cuando hablo de equipo “ganador” me refiero a un equipo en el que se respira “buen rollo”, y al mismo tiempo, se consiguen los resultados de manera eficaz. Un equipo en el que se estimula la innovación y aprendizaje continuo, y en el que el compromiso de sus miembros es muy alto.
¿Preparado para saber hasta qué punto formas parte de un equipo ganador?
Te invito a contestar las siguientes preguntas:
1.- ¿Todos los miembros tenéis clara la misión y habéis acordado conjuntamente los objetivos de equipo?
Si tu equipo no tiene una misión común y unos objetivos claros y compartidos, carece de rumbo.
Acordar vuestro rumbo es el primer paso para llegar a los objetivos.
2.- ¿Tenéis todos claro “aquello que no queréis que pase” en vuestro equipo (y habéis acordado reglas para que esto no suceda)?
Es importante que pongáis encima de la mesa “aquello que no queréis que pase”. Y, posteriormente, acordéis vuestras propias “Reglas del Juego”, esto es, los comportamientos que evitarán las situaciones o hechos indeseados.
Fijar unas «Reglas del Juego» es esencial en vuestro día a día.
3.- ¿Sois un equipo adecuado?
Para valorar este elemento, ten en cuenta si tenéis el tamaño idóneo, las competencias necesarias y sois complementarios.
Ser un equipo adecuado es clave para poder organizaros de manera óptima.
4.- ¿Disponéis de un plan de trabajo conjunto?
Tenéis claras las funciones que necesitáis, quién es el miembro más adecuado para desempeñar cada una de ellas y cuándo deben realizarse.
Un plan de trabajo os facilita que las tareas estén hechas cuando toca.
5.- ¿Existe confianza entre todos vosotros?
Y por confianza me refiero a la seguridad a decir todo aquello que pensáis (no importa el tema) y discutir, sin miedo, sobre ello (nadie de vosotros está preocupado por el “qué pensarán”, el “no me quiten la silla” o “no vayan a pensar que soy tonto/a”).
La confianza es la base para que podáis desarrollar un equipo eficaz.
6.- ¿Tenéis conflictos “positivos” (debate de ideas, sin ataques personales)?
Es importante que te des cuenta si como equipo (y aquí depende mucho de cómo seáis cada uno) evitáis el conflicto “positivo” (y, en caso afirmativo, “¿cuánto lo evitáis?”). Irónicamente, los equipos que evitan el conflicto para no herir sentimientos de sus compañeros suelen terminar produciendo una peligrosa tensión entre ellos (que acaba explotando de manera “inesperada”).
El conflicto «positivo» os evita futuros «malos rollos» y potencia vuestro espíritu innovador.
7.- ¿Tomáis decisiones conjuntamente y las mantenéis en el tiempo?
Sólo las decisiones tomadas conjuntamente (no por pasillos, o con un “irreal consenso”) son las que provocan el compromiso de todos los miembros del equipo.
Tomar decisiones conjuntamente facilita vuestro compromiso con éstas.
8.- ¿Hasta que punto os rendís cuentas?
Piensa si tu equipo tiene este nivel de madurez, y reflexiona qué haces tú ante un incumplimiento o cumplimiento defectuoso de tu/s compañero/s: ¿Lo dices? O ¿Te callas?
La presión entre tus compañeros de equipo es el medio más eficaz y eficiente para conseguir resultados.
Vamos a ver los resultados:
¿Has contestado afirmativamente a todas y cada una de las preguntas? ¿Sí?
¡¡Enhorabuena!! Lideras un equipo maduro, cohesionado y productivo: Un equipo ganador. Mantener este nivel requiere mucha conciencia, esfuerzo y, sobre todo, una excelente comunicación.
¿Has contestado con un “no” o un “no sé” en alguna de las preguntas?
No te preocupes: Un equipo ganador no se crea en un día, es el resultado de un proceso de desarrollo en el que debe trabajarse cada día.
En próximos post, te daré trucos y consejos para poder desarrollar cada uno de los aspectos que necesitas mejorar en tu equipo.
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