En la resolución de conflictos es de vital importancia conocer cuál es tu idea sobre éste, para ello te pregunto: ¿Qué imágenes, sensaciones y palabras te vienen cuando escuchas conflicto?

Seguramente, te hayan venido a la mente alguna de las imágenes de arriba, junto con sensaciones de ira, impotencia e, incluso, tristeza.

Y, ello es porque nuestra cultura ha asociado siempre negatividad a la palabra conflicto (ya desde pequeño nos dicen, no crees conflictos, no te pelees eso no está bien, no te enfades y nos quedamos con la idea de que el conflicto es malo).

Te invito a que cambies esta creencia, pues te está limitando.

Actualmente se considera que el conflicto es inevitable y no necesariamente negativo; de hecho, éste puede seguir cursos destructivos (sería el conflicto al que llamamos disfuncional), pero la buena noticia es que también puede tener aspectos muy positivos (sería el conflicto funcional), ya que:

  1. Evita los estancamientos,
  2. Ayuda a aprender nuevos y mejores modos de responder a los problemas
  3. Y yendo un pasó más allá: A conocernos mejor a nosotros mismos y a los demás.

De hecho, y así lo vemos en este gráfico, reconocidos estudiosos sobre el tema proponen la necesidad de conflicto en las organizaciones (y ello es trasladable a las personas, pues son quienes forman las empresas) para que estas avancen y consigan buenos resultados.

 

Captura de pantalla 2014-01-23 a la(s) 08.14.24

 

¿Y cómo encontrar esta justa medida y resolver nuestros conflictos de manera efectiva?

En primer lugar, es importante que tomes consciencia de cómo sueles resolver tú los conflictos en los que te encuentras.

De acuerdo con el modelo propuesto por Thomas y Kilman hay 5 estilos de resolver conflictos, si tomamos en consideración dos factores: el interés por los propios objetivos y el interés por los objetivos de los otros.

  • Estilo competitivo, tu lema sería “Siempre tengo que ganar”.
  • Estilo de acomodación si crees que por encima de cualquier asunto “Lo importante es la buena relación”.
  • Estilo de evitación, si huyes de los conflictos a toda costa.
  • Estilo colaborador si piensas que “Un conflicto es una oportunidad para negociar intensamente soluciones”.
  • Estilo de compromiso si tiendes a decir “Hay que hallar el punto medio”.

Cada uno de nosotros, por las experiencias que hemos vivido, tenemos la tendencia a resolver los conflictos de una determinada manera ¿con cuál te identificas más?

imagen: vidartv