Seguramente en muchos momentos de tu vida te has sentido lleno de energía, seguro de lo que hacías, con un sentimiento de plenitud y una vocecilla interior que te decía “Sí, éste eres tú: ¡La vida te sonríe!”. Sin embargo, en otros momentos, muchos o pocos, te has sentido angustiado, como si algo te faltara, con un sentimiento de desasosiego y una vocecilla interior que te decía “No, éste no eres tú: ¡Tú vida es un asco!”. La verdad es que tu vocecilla tenía razón a medias porque…
Siempre eras tú, pleno o angustiado, porque nunca podemos dejar de ser nosotros mismos, lo que nos pasa muchas veces es que dejamos en el cajón del olvido nuestros Valores o, como a mí me gusta llamarlos, nuestro ADN personal.
Sí, muchas veces, por miedo, por lo que dirán, porque simplemente nadie nos ha enseñando a mirarnos dentro y sostener el miedo que esto provoca, vamos viviendo según las circunstancias o eligiendo por lo que pensamos puede estar bien o la intuición, y en ningún caso, teniendo en cuenta nuestros valores… pero, claro ¿Cómo vamos a elegir en función de algo que no conocemos (aunque quizás intuimos)? Porque ¿Tú conoces tus valores? Te invito a conocer qué son y para qué puede servirte identificar los tuyos.
A mi me gusta definir los valores como nuestro ADN personal, igual que tenemos un ADN biológico que nos diferencia del resto de la humanidad, tenemos unos valores que nos confieren una personalidad distinta del resto de las personas. Por ello, cuando tomamos decisiones en la vida alejadas de nuestros valores, nos sentimos mal, pues al fin y al cabo, nos estamos olvidando de una parte de nosotros mismos. Y quiero dejar claro que no podemos calificar nuestros valores como buenos o malos, son los que son, tenemos que aceptarlo y obrar en consecuencia (lo que a veces resulta difícil por la influencia que recibimos del exterior).
Una manera de reconocerlos es viendo que son como nuestros metaobjetivos, lo que realmente perseguimos cuando hacemos algo que nos gusta. Lo que sí o sí queremos vivir en nuestras vidas, y cuando no lo tenemos, sufrimos.
Identificar y priorizar tus valores, te permite decidir con consciencia, teniéndote en cuenta, evitando que los otros, lo “que es mejor” o las propias circunstancias decidan por ti. Te permite vivir una vida alineada con quien realmente eres, una vida vivida de dentro hacia fuera: Una vida plena. Y, con ello, no quiero decir que ya no vayas a sufrir, sino que te vas a sentir coherente contigo, pues todos sabemos que la vida nos depara momentos tristes que no podemos cambiar. Y, por ejemplo, si tu hijo / madre / pareja padece una larga enfermedad vas a sufrir, pero tener claro que cuidar de ellos es un valor importante para ti, te va a permitir elegir con consciencia que quieres cuidarlos y, de este modo, te sentirás coherente con quien eres, pese a sentir la tristeza y desgaste emocional y físico que conlleva cuidar a un ser querido.
En un próximo post te explicaré como identificar tus valores.
Deja tu comentario